Terminando el internado
Ayer fue la ceremonia de despedida de los internos ancianos, esta semana hubo momentos en los que pensé que algo en mi iba a explotar y se me iba a salir todo el aire, que iba a terminar como globo reventado antes de que se terminara la fiesta, hasta el último minuto antes de la liberación estuve trabajando, salí de una cirugía, corrí a arreglarme el cabello aplastado por le gorro de cirugía y de ahí corrí a la ceremonia de despedida.
Todos nos dieron palabras de apoyo, nos despidieron, dieron consejos, se portaron a todo dar y lo mejor de todo, nos llenaron una mesa de comida deliciosísima.
En la noche, a jugar boliche con los compañeros, casi me voy con la bola en una tirada, pero alcancé a desatorar el dedo (si ya se que sopecita), a pesar de que llevaba años sin jugar hice una que otra buena tirada. Luego de camino a casa me hablan para que ayude en una cirugía fuera del hospital... y yo que pensaba que jamás volvería a hacer guardias... ni hablar.
Y me contaron un chiste graciosísimo de como un mexicano se chingó al diablo, bueno, fueron dos con la misma temática. Luego uno puerco religioso, más adelante unos de batman lo que le sigue de estúpidos, imposibles de contar sin poner a cantar los grillos el ya conocido cri cri cri.
En general una buena despedida, tal vez los extrañe un poco, pero en general estoy emocionada por lo que viene, muchos cambios en tan poco tiempo. Nos vemos pronto desde otras localidades.
Y con mi carta de liberación en mano espero no volver a pisar ese hospital en mi vida.
A seguir adelante, y a apegarse al plan! let's go.