La naturaleza y su graciosa manera de enloquecerme

¿A poco no soy una chulada?

Esta noche intenta escribirles de nuevo de mis vacaciones doctorosas, osea, lo de las cirugías y esas cosas, pero simplemente no pude y ¿por que? se preguntará asombrados. Pues por que tengo algo mil veces más importante que contar.

Hoy los animales se adueñaron de mi día.

8:00 am: Mientras desayunaba unos ricos pan cakes me empiné el yogurt con bificápsulas activas de no se que con fresa que me había dado mi madre y miré en el techo algo que me desconcertó, un animalito pendía de un hilo en el cielo y se movía sigilosamente de un lado a otro al compas del viento que producía el ventilador del techo. Me atraganté intentando comer a toda prisa y cuando le avisé a la jefa del hogar el pequeño altercado que tuve con el nuevo inquilino volteo al techo y se encogió de hombros, creo que le cayó bien.

4:oo pm: Llegué a casa dispuesta a comer las hamburguesas que me habían prometido habría y lo primero que me ataca al acercarme a la cocina es una horda voraces y bien entrenadas moscas asesinas del alimento ajeno, volaban por todas partes, se paraban sobre las tapas de la comida (por que gracias al cielo alguien inventó las tapas para los sartenes y aun más suerte para mi a alguien en mi casa se le ocurrió que sería buena idea comprarlas y usarlas). La batalla fue despiadada y sin miramientos hacia ninguna, oh! vaya que lo fue... al final me vi triunfante comiendo mi hamburguesa con mucha catsup.

10:00 pm: Me acerco a la cocina buscando una toronja y al tocar el refrigerador noto que la puerta estaba fresca, lo cual fue muy extraño pues estamos en sonora y a cualquier hora hace calor, simplemente una puerta fresca no era algo posible; busqué un poco y ¡ahí estaba! la puerta del congelador estaba entreabierta, yo, como buena integrante de mi familia, decidí solucionar el problema, abrí el congelador y valoré la situación, estaba atascadísima, pero revalorando me di cuenta que si movía algunas cosas podría cerrar al puerta del todo. Y ahí voy a meter mi manota a sacar lo primero que pude...

TERROOOORRR!!!

Maldita sea que lo que agarré era un puto pescado enorme escamoso, viéndome con sus ojos de pescado congelado enorme y escamoso el desgraciado animal del mal, completo con su boca de dientes filosos, viéndome... no!!! juzgándome! el maldito animal marino, como si yo lo hubiera pescado! como si pensara en comérmelo siquiera. Saben que, odio a esos animales muertos, a mi que me los pongan en filetitos y sin tanta humanidad a la vista.

Hace unos momentos 2:00 am: Intento escribir, mientras un mosquito se acerca a mi oído y se aleja intempestuosamente para después burlarse en mi cara y pararse en la pantalla de la computadora triunfante, me mira, me sonríe, se acerca a mi y me chupa la sangre el puto.

¿Y yo que voy a hacer con eso, como me deshago de esa maldita fauna?

Bueno, por mientras queda pendiente el post del hospital y esas cosas, espérenlo pronto.

PD: Ja!!! le he ganado a la maldita naturaleza! ja! ja! acabo de matarlo de un aplauso.
PD II: ¬¬ Cayó en mi teclado y no lo puedo sacar de ahí.
EXTRAPD: Uy, ya lo corregí pues, como la bailas y la lloras...