LA MOSCA

Hoy, como todos los días me encontraba pintándome a lo que podría llamarse un par de ojos, pero algo inusual me desconcentraba...

UNA MOSCA!!!

La mosca maldita, la mosca traicionera, la desgraciada mosca que no me dejaba en paz,  por más que intentaba concentrarme y pintarme los ojos en paz no dejaba de pararse en mi mano, en mi cara, en mi cabello, en mi ropa, en un momento intentó pararse en mi boca, por más aspavientos que hacía, por más ruido y alharaca, maldito animalejo volador, no me dejaba en paz.

Y no es la primera vez que me ha pasado, es más bien algo común en esa especie, el molestar cuando uno intenta poner su mayor concentración en algo como las siguientes cosas:

1. Leer el final de un libro super interesante
2. Comernos ese delicioso postre que tenías una semana antojándote
3. Dormir después de una larga jornada de trabajo
4. Cagar a gusto
5. Hablar con alguien
6. ESCRIBIR ESTE POST!!!! maldita mosca déjame en paaaaaAAAAAAAAAAZ!!!!

Eso y mil cosas más pueden pasar de ser una actividad divertida al peor de los tormentos en el transcurso del día.

Eso si, te levantas por el matamoscas y el pequeño bastardillo desaparece hasta que decidas dejar ese artefacto de tortura olvidado y lejos de tus manos.