7.03.2011

Pesadillas

Si hay algo que me caracteriza es la manera en que sueño, principalmente la manera en la que sueño, pero también, la manera en la que cuento mis sueños, pocas veces veces he venido a contarlos a blogger,¿por que? simple y sencillamente son tan largos y detallados que me es difícil escribirlo en un orden más o menos coherente. Se acordarán de mi sueño con adelita noriega, y creo que jamás vine a contar mi sueño con pablito montero donde este último era un chofer de microbús, de esos que se avientan viajes a la playa y nos llevaba a mi y a todos mis amigos.

    Si el día que desperté hay alguien conmigo (en su entonces el señor novio que desapareció -historia que aun no cuento-) empiezo a contar mi sueño de arriba a abajo, lo más completo y detallado posible, así me es más fácil recordarlo después. Pero como el señor novio ya no existe y tengo miedo de regresarme a la cama, les va a tocar a ustedes.

     Hagan de cuenta que no me acuerdo como empieza mi sueño, normalmente son en lugares que ya he soñado y que "según" pertenecen a mis sueños de la vida diaria, ahora soñaba que estaba por entrar por la parte de atrás de mi centro de salud, que en realidad no era mi centro de salud, si no una pequeña casa que hay a un lado de mi casa real en sonora (creo que me parecen muy similares en cuanto a tamaño).

     Había un hombre esperándome, el vecino que vivía hace muchos años en esa casa, era un hombre alcohólico y terminó haciendo que su esposa huyera con sus hijos a EUA (cuando eso todavía se podían hacer esas cosas) mientras se procesaba el divorcio. Pues ahí estaba ese señor, era de noche pero puedo decir perfectamente que era lo que vestía, camisa amarilla pastel con palmeras impresas, pantalón caqui y unos lentes de sol, rojo e inflado de tanto tomar alcohol... tuve mucho miedo y no podía entrar al "centro de salud" por que no encontraba la llave, recuerdo que el hombre dio un paso hacia mi y después...

 ... siguiente sueño, estoy con las nuevas amigas que hice en el servicio social, una se llama Cinthia, la otra se llama Nelly, también estaba Adriana (mi compañera que se aventó esta aventura en nayarit llamada servicio social), estábamos en la boda de la hermana de Cinthia (pronto se va a casar, no esa, la otra hermana), y mientras estábamos ahí no podía dejar de pensar en lo horrible que era el vestido, tipo el vestido blanco de Marilyn Monroe, pero tapizado de estrellita de esas que le ponen a los niños en el kinder cuando se portan bien. Intentaba pensar en otras cosas, por que a nadie parecía molestarle que ella tuviera tantas estrellitas en el vestido.

     Luego invité a mis amigas a salir a caminar, era media tarde, yo diría que las 5 o 6, salimos las 4 a caminar a la plaza, estábamos en la plaza de un pueblo que se llama Tlaltenango, Zacatecas, Adriana y yo subíamos a un edificio donde estaba Erika, una compañera de la secundaria, poníamos dinero en una bolsa para los recién casados y Adriana saltaba por la ventana, Erika también, yo pensaba que no había mucha altura, pero al asomarme estábamos en lo que yo creo, era un 5to piso, ya no volví a ver a Adriana.

     Vuelvo a aparecer con Cinthia en el salón donde su hermana celebraba la boda, ya no había nadie y yo le proponía contarle historias de gente que había muerto, yo le contaba como sucedía y ella tenía que adivinar quien era la persona que había muerto, todas eran niñas (de 15 años a lo mucho) de ojos azules, rubias o pelirrojas, creo que le conté 3 historias diferentes. Al momento que le contaba los asesinatos, se materializaba la historia a un lado nuestro, podía ver como la chica caía al suelo muerta y poco a poco se desintegraban su ropa, piel y huesos con el viento, desaparecía por último el cabello convirtiéndose también en cenizas y volando quien sabe a donde.

     Al contarle a mi amiga sobre los asesinatos, puedo ver también a los asesinos, gente que cambia hasta de sexo para dejar de ser la persona que buscan, y ante nosotras se puede ver en un minuto como todas las cirugías y cambios hasta de maquillaje se van agregando a esa persona hasta convertirlo de un chico gordo y blanco a una chica bronceada y delgada con un impecable maquillaje huyendo en una moto roja.

     No se como en algún momento yo me convertía una de las víctimas, una mujer anciana me perseguía con una estaca para golpearme, yo corría por entre cuartos de una casa que no conozco, la mujer golpeaba las paredes al intentar darme y reía, aquí no recuerdo bien que pasa, pero existe un momento en que yo la estoy esperando detrás de una puerta, pero es como si midiera 2 metros, estoy viendo ligeramente agachada pegando con el techo, tengo la estaca en la mano y cuando entra a la recámara intento golpearla, la golpeo, pero es casi como si la golpeara con una almohada, me le voy encima a golpes, se mueve solo un poco con los golpes mientras sigue riendo y diciéndome que con esta fuerza de mujer no voy a poder ganarle, aun así la golpeo con fuerza, veo que sangra un poco, tengo miedo de que me mate. Después la empujo contra una esquina de las paredes y le entierro en el pecho la estaca, hasta que la clavo a la pared y sigo empujando sintiendo como atravieso el concreto, existe un momento de incertidumbre donde no se si la maté y entonces despierto.

        Así que me vine acá, por que no contar mis sueños me da mala espina y no hay nadie a quien contarle a estas horas.

1 asintomáticos :

  1. Diana. dijo...

    Que casualidad.. hoy escribí de eso en mi blog..

    Saludos.