Transeúntes/ la grosería perfecta
Don Elisondo, originario de Macondo, se encuentra olvidado en la misma esquina siempre, sonriendo a los transeúntes, pero solo recibe miradas de desprecio y desapruebo. Es conocido en el pueblo, del que no es originario, como un alma en pena, que no descubre que ya no existe, por eso ni los niños quieres jugar con él.
Ni su mirada cansada pero siempre alerta, ni la sonrisa eterna y sin pausas, son suficientes para conmover a un pueblo, llenos de prejuicios, para aquellos que están a punto de desaparecer, no por voluntad propia, si no por que el cuerpo no los deja mantenerse pegados a la tierra.
Don Elisondo, si la vida le da la espalda... pellízquele una nalga
amén.
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ATENCIÓN: A partir de aquí, este post se convierte no apto para lectores sensibles y de mente cuadrada...
Cual es la grosería perfecta para describir la peor gachada del mundo?, a veces sientes que ni las palabras te alcanzan para maldecir a la persona que en ese momento odias. Decirle que es un culero hijo de su rechingada madre que lo parió (aunque está no tenga la culpa y también lo maldiga por cabrón), a veces eso, simplemente, no sirve.
Desde que estamos en nuestros hogares convivimos con este tipo de frases y expresiones, con las que intentamos expresar odio o repudio contra algo o alguien. que si "pinche mesa", que si "el batillo culero que arregló mal la lavadora", que si "órale cabrón ponte a limpiar tu plato", en fin, que si a la cabrona de chuchita la bolsearon... aunque en ciertas ocaciones, los padres se esfuerzan por darles una "buena educación" a sus hijos y repudian el uso de groserías frente a sus retoños, aunque lejos de ellos sea parte de la jerga común.
Ya entrar a la etapa escolar es otro asunto, en la primaria, primero nos familiarizamos con palabras como tonto, menso, vaya, hasta caca es una grosería de las feas, y gustamos de gritarnos los unos a los otros, que fulanita huele a cola, o que gustavito tiene cara de moco. Luego clandestinamente nos enteramos de palabras graves como pendejo, idiota, mongolo, estúpido, webón, cabrón, puta, pito, vagina o verga, entre otras que mi memoria no me deja recordar.
Comenzamos a interactuar con personas y maldecir cosas no nos basta, nuestro enojo a veces nos hace decir pestes de familiares, amigos, maestros, conocidos y desconocidos, haciendo interactuar sus nombres con la grosería de su preferencia...
Tengo la teoría de que en algún momento de nuestras vidas nos damos cuenta de que maldecir no lleva a nada y es por eso que evitamos a toda costa que los retoños oigan ese tipo de palabras que tal vez, solo tal vez, lo lleven a la desgracia sin fin y a un sin número más de calamidades...
Yo digo groserías, es mi forma de descargar mi ira la mayoría del tiempo, ya sé que me veo mal, pero todos tenemos un vicio, una maña que no se nos quita, y aunque por instinto, sé cuando no debo de decirlas, las demás ocaciones gusto de usar mi florido y mexicano vocabulario. Pero, que pasa cuando las groserías no son suficientes? que se hace en esos casos? es que acaso existe la grosería perfecta para descargar toda la ira que a veces nos envuelve?
Si alguien la sabe, favor de comunicármela....
gracias!